Cada diez segundos hay una persona asaltada en una ciudad como Ciudad de México.

Los asaltos a mano armada son una realidad que afecta a muchas personas en Latinoamérica. Aunque no hay una fórmula mágica para evitarlos, existen algunas medidas que pueden ayudarnos a sobrevivir a esta situación traumática y reducir el riesgo de sufrir daños físicos o psicológicos. A continuación, te presentamos seis consejos que pueden serte útiles si te enfrentas a un asalto a mano armada en Latinoamérica.

1. Mantén la calma.

El pánico es el peor enemigo en una situación de asalto. Si pierdes el control, puedes actuar de forma impulsiva o provocar una reacción violenta del asaltante. Por eso, es importante que respires profundamente, trates de pensar con claridad y sigas las instrucciones del agresor sin discutir ni resistirte.

2. No hagas movimientos bruscos ni sorpresivos.

El asaltante puede estar nervioso, drogado o bajo los efectos del alcohol, lo que hace que sea más impredecible y peligroso. Por eso, debes evitar hacer gestos o movimientos que puedan interpretarse como una amenaza o un intento de escapar. Mantén las manos visibles y no toques tu celular, tu bolso o tus bolsillos sin pedir permiso.

3. Entrega tus pertenencias sin protestar.

Recuerda que tu vida vale más que cualquier objeto material. No te aferres a tus posesiones ni trates de negociar con el asaltante. Simplemente, entrégale lo que te pida sin poner objeciones ni hacer preguntas. Si tienes algo de valor sentimental o personal, puedes pedirle que te lo devuelva después, pero sin insistir demasiado ni generar tensión.

4. No mires al asaltante a los ojos ni le hables más de lo necesario.

El contacto visual o la conversación pueden ser interpretados como una forma de desafío o de identificación por parte del asaltante. Esto puede aumentar el riesgo de que te agreda o te tome como rehén. Por eso, es mejor que bajes la mirada y solo le hables para responder sus preguntas o pedidos de forma breve y respetuosa.

5. Observa discretamente el entorno y busca posibles salidas o ayuda.

Aunque debes obedecer al asaltante, también puedes aprovechar cualquier oportunidad para escapar o pedir auxilio. Sin embargo, debes hacerlo con mucho cuidado y solo si estás seguro de que no pondrás en peligro tu vida ni la de otras personas. Fíjate si hay cámaras de seguridad, testigos, policías o vehículos cerca que puedan ayudarte.

6. Busca apoyo profesional después del asalto.

Un asalto a mano armada es una experiencia traumática que puede dejar secuelas físicas y emocionales. Por eso, es importante que busques atención médica y psicológica después del hecho para evaluar tu estado de salud y recibir el tratamiento adecuado. También es conveniente que denuncies el asalto ante las autoridades competentes para colaborar con la investigación y la prevención del delito.

Esperamos que estos consejos te sean útiles y que nunca tengas que vivir una situación de asalto a mano armada en Latinoamérica. Sin embargo, si te ocurre, recuerda que lo más importante es preservar tu vida y tu integridad, y que siempre hay esperanza y ayuda disponible para superar este tipo de situaciones.

Osvaldo Flores Rivera
Deja una respuesta

Deja una respuesta